Confrontamos la amenaza ambiental más crítica de la historia, por el mismo producto de nuestros hábitos ya que lleva como consecuencia la contaminación ambiental y por ende produce efectos que son irreversibles en la salud. Para poder asegurar mejoras de calidad de vida, debemos empezar por nosotros mismos, generar un cambio de actitud, de comportamiento, de estilos de vida, de manera individual y colectiva. De igual forma un cambio en las prácticas de consumo y creencias que nos relacionan con el resto de las personas en el planeta. Entonces, para ello se necesita entender la gravedad del asunto, tener la voluntad para hacerlo y por último constancia para que ese cambio de actitud se vuelva un hábito y en cultura.
Todo esto se basa en la educación que adquirimos desde nuestros hogares e instituciones. Es fundamental el acceso al empleo, la educación, la alimentación, asistencia en salud que son esenciales para la vida, pero siempre habrá algo que hará intriga, podemos tener la educación y los valores necesarios, pero de qué nos sirve si no los aplicamos? Sabiendo que tenemos la oportunidad del acceso a estas oportunidades que son esenciales y no le sacamos su provecho al máximo. De esto se trata cuando se habla de adaptar un cambio para convertirlo en cultura. Hay personas que no tienen el acceso a estas oportunidades, como la alimentación y la educación, qué pasa si en la mente de una de esas personas se encuentra la cura de una enfermedad? La solución de un problema irremediable? Ideas que puedan cambiar el mundo?. Y eso no es solo el hecho de que el problema de la pobreza sea tan importante y complejo, nadie merece morir ni sufrir a tan corta edad, niños con esperanzas y sueños destruidos sin tener la culpa de nacer en una zona geográfica con problemas bélicos debido a la guerras entre países, y déjenme decirles algo, guerras encabezadas no por agentes externos, ni ovnis o extraterrestres, sino por el mismo ser humano.
No podemos negar que sin duda alguna vivimos en una época fascinante, la tecnología no tiene límites, se ha logrado encontrar cura de enfermedades que se creían, valga la redundancia, incurables. La mente del ser humano no tiene límites, pero qué pasa cuando uno de los principales problemas en el mundo, como la pobreza, escapa de nuestra mente? Por qué la evadimos fácilmente? Por qué no nos ponemos a pensar en las posibles soluciones? Por qué dejamos todo en manos de autoridades, personas que dan cara a instituciones, sabiendo que nosotros tenemos la capacidad de entender, por muy complejo que sea este tema? Son muchas las preguntas y pocas las respuestas, sabiendo que la violencia y la inseguridad se hacen más intensas como consecuencia de la pobreza.
Para no ir muy lejos, en Venezuela en los últimos años la pobreza ha aumentado considerablemente ya que para nadie es un secreto la mala administración del gobierno que llevó como consecuencia la inflación, generando desempleo y desabastecimiento, sabiendo que podemos ser uno de los países más ricos del mundo por cierto recurso que es manejado de mal forma. Y que pasa con la gente? Qué hacemos al respecto? Una respuesta muy fácil: nada. Nos dejamos humillar por personas que no les importa la calidad de vida de cada uno de los ciudadanos. Más violencia, más inseguridad, más hambre, más muerte, más impunidad, menos empleo, menos calidad de vida, menos esperanzas de vivir, entonces cual es el resultado? Una suma de factores negativos y una resta de oportunidades y derechos esenciales para la vida, así de grave estamos.
Por otra parte debemos reconocer que la protección ambiental es indispensable, debemos cuidar nuestro planeta. La contaminación es otro de los problemas que debemos entender y del cual afincarnos, ya que últimamente el planeta se ha deteriorado como consecuencia de nuestros propios hábitos y malas decisiones. Debemos construir sociedades democráticas, que sean justas, sostenibles, pacíficas y participativas, para el bien de todos. Y justamente la participación es fundamental para la solución a los problemas. Necesitamos preservar la tierra para las generaciones futuras, restaurar lo que es en parte la integridad ecológica, evitar dañar en lo más posible nuestro ambiente con programas de protección ambiental para que exista el bienestar comunitario y así salvaguardar el planeta.
Andrea García
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