A diario muchos derechos son violados por personas
particulares, jurídicas e inclusive por gobiernos, muchas veces es necesario alzar nuestras
voces, por ello educar a los niños y jóvenes es enseñarle también a respetar
los derechos del prójimo, es decir; al enseñarle que todos tenemos derecho a la
vida, es enseñar a ese niño a respetar la vida e integridad del otro, a su vez,
enseñarle que todos tenemos derecho a elegir nuestra religión, es enseñarle a
respetar las diferentes religiones existentes; por ello, conocer y defender
nuestros derechos humanos es de vital importancia.
Cabe destacar que el hecho más grande en el campo de derechos
civiles ha sido la abolición de la esclavitud el siete de septiembre de mil
novecientos cincuenta y seis; aunque actualmente aún se viola derechos tan
importantes en lo que igualdad social refiere, entre ellos se puede mencionar
la marginación de la mujer, detenciones ilegales, maltratos a los presos,
desapariciones, robos, entre otros. Claro está que nuestros derechos tienen que
ser comentados y respetados desde cada individuo, instituciones familiares y en nuestro entorno.
Existen tres generaciones de derechos humanos:
Primera
generación: Derechos civiles y políticos.
Funcionan
desde el siglo XVI, Se refiere principalmente a el derecho a la vida, a la justicia, a comerciar, no ser
apresado sin motivo legal; entre otros, refiriéndose a la seguridad individual
de cada ser humano; es decir, el derecho fundamental a la libertad.
La paz solo puede durar donde los derechos humanos son respetados, donde la gente se alimenta y donde los individuos y naciones son libres. - Dalai Lama.
Segunda
generación: Derechos de igualdad social.
Nos
referimos en esta generación a los derechos económicos, sociales y culturales.
Entre ellas, el derecho a la propiedad, derecho a la educación, el derecho a la
salud, entre otros; imprescindibles para la supervivencia humana.
Los derechos humanos no se violan solo por el terrorismo, represión o asesinato, sino por estructuras económicas injustas que crean enormes desigualdades. - Papa Francisco
Tercera
generación: Derecho a la solidaridad y el desarrollo sostenible.
Este
derecho da a conocer que todo ser humano desde el momento que nace debe poseer
y vivir en un ambiente sano, libre de contaminación que en hecho de existir afectaría
a su salud contrayendo enfermedades, violando los derechos de primera y segunda
generación; además el vivir en una
sociedad en paz.
El derecho al desarrollo es la medida del respeto de todos los demás derechos humanos. Esa debería ser nuestra meta: una situación y la que todos los individuos pueden maximizar su potencial y contribuir a la evolución de la sociedad en su conjunto. - Kofi Annan.
Promover por las
redes sociales los derechos humanos, hacerlos conocer mediante diversas
campañas permitiendo que las sociedades se unan a alzar su voz en los
diferentes entes del país donde los derechos humanos sean vilmente violentados
y luchar así por una mejor calidad de vida; sin olvidar que al hacernos
indiferentes de las injusticias que padecen los demás nos hace ser cómplices,
ya que al final todos podemos padecer de aquella violación a nuestros derechos.
Quisiera destacar que aparte de esos derechos humanos que nos beneficia, también tenemos deberes que debemos cumplir cómo humanos, cómo ciudadanos.
Considerando que la solidaridad mucho más allá de bienes materiales se refiere a la ayuda espiritual que muchas veces es necesaria en distintos momentos de nuestra vida. Un aspecto negativo no es más que la dependencia que puede establecer un individuo ante quien es solidario con el, ya sea una persona normal, jurídica o el gobierno, evitando su autodesarrollo, cuando para todos es o debería ser importante superarnos en varios aspectos fundamentales en nuestra existencia.
La solidaridad
"Ser solidario es una conducta de justicia eticamente necesario"La solidaridad posee muchos aspectos positivos, mientras se respete la dignidad del otro y se actúa en base a la compasión, generosidad y misericordia al ayudar a nuestro prójimo a superarse sin afectar a su autonomía.
Considerando que la solidaridad mucho más allá de bienes materiales se refiere a la ayuda espiritual que muchas veces es necesaria en distintos momentos de nuestra vida. Un aspecto negativo no es más que la dependencia que puede establecer un individuo ante quien es solidario con el, ya sea una persona normal, jurídica o el gobierno, evitando su autodesarrollo, cuando para todos es o debería ser importante superarnos en varios aspectos fundamentales en nuestra existencia.
Rosa Figueira.
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